“Sin obras no hay agua”
En España existen unos 1200 embalses, con 56.000hm3 de agua embalsada. Esto hace que España sea única por razones hidrológicas respecto a Europa. La política de obras hidráulicas ha hecho una inversión para retener y almacenar esa agua para garantizar su disponibilidad y satisfacer la demanda. Esta capacidad de regulación permite que haya agua a lo largo del año hidrológico, salvando los amplios periodos de escasez de agua y estiaje de nuestros ríos. Para paliar estos casos existen los trasvases tanto de la misma cuenca, como de diferentes, como el Trasvase Tajo-Segura.
Según Antonio Fanlo, Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de la Rioja, en su artículo “La singularidad hidrológica de España”, en nuestro país “sin obras no hay agua”. Sin embalses no hay agua para satisfacer las necesidades hídricas de las zonas que más lo necesitan. Gracias a estas infraestructuras puede atenderse a la demanda actual que alcanza algo más de 35.000hm3 de los que un 68% corresponde a riego, un 18% a abastecimiento de la población y un 14% a la refrigeración de centrales de producción de energía.
España se caracteriza por tener un sistema de aguas “regularizadas” y no fluyentes en régimen natural, y esto se debe a la demanda hidrológica que sufren muchas zonas del país. Entre las pocas o incluso escasas precipitaciones y los desequilibrios hídricos han provocado que para abastecer a muchas zonas españolas, haya que construir embalses y trasvases para repartir el agua entre las cuencas más necesitadas. Y esto no es pura conveniencia, como algunos piensan, es pura necesidad.
La política del agua está gestionada según la demanda hídrica española, así que hay que valorar los trasvases como lo que son, obras hidráulicas realizadas para llevar agua donde más se necesita, y gracias a ellos, zonas como el Levante español sobrevive!