Cuando solo queden espinas
Ya son muchos los meses que llevamos en la cuerda floja y es comprensible que haya gente que ha perdido la esperanza.
Lo que en un principio era algo puntual ahora, se presenta como un horrible futuro que, de no cambiar las cosas, va ganando papeletas conforme los días pasan.
Sin embargo, por mucho que los campos vuelvan a florecer ahora mismo lo harán rebosantes de cactus, cosa que nos genera escalofríos de solo imaginarlo, ¿De verdad alguien cree que si prescindimos de la Huerta del Levante nada cambiará? ¿Tanto cuesta valorar el importantísimo papel que cumplimos en el tejido económico español?
Nos encontramos ante un precipicio, un paso en falso, una mala decisión, nos puede hacer caer y cuando eso suceda no habrá vuelta atrás. Defender nuestra huerta, la Huerta de Europa, es imprescindible para seguir luchando por un futuro próspero para todos.